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lunes, 9 de abril de 2012

Denuncian que venden las chapas y frazadas que entrega el macrismo

Varios vecinos confirmaron a Tiempo Argentino que gran parte de los materiales entregados días atrás se ofrecen en la feria del barrio por 100 y 60 pesos. Dicen que el reparto lo hicieron “punteros del PRO”, en forma “discrecional”. La Villa 21-24 fue una de las zonas más afectadas por el temporal del último miércoles. Pasados cinco días, la situación en ese asentamiento de 65 mil personas dista de haberse normalizado. Sus habitantes denuncian que punteros PRO venden las chapas y frazadas enviadas por el gobierno porteño, mientras la propia coordinadora del centro donde se reparten las ayudas admite que la asistencia no cubrió el 50% de las demandas. Mientras tanto, el Ejecutivo local continúa incumpliendo la obligación impuesta por la justicia para que realice un censo sobre daños estructurales. Hasta el momento, sólo un hogar fue relevado. Se trata de una casa ubicada frente a la Escuela 12, que sufrió el impacto de un sauce, muy cerca de donde murió Facundo Correa, un chico de 14 años que esperaba a su madre en su casa cuando fue alcanzado por otro árbol. Su nombre es el más escuchado por los pasillos laberínticos de la villa. En esos mismos pasillos donde repiten una y otra vez que no fueron cuatro los muertos allí, como se informó oficialmente, sino que hubo tres más, chicos de la calle llamados “paqueros” y que no tuvieron quien los reclame. “Deben seguir en la morgue como N/N.” La falta de un censo oficial sobre el estado estructural en que quedaron las viviendas (la mayoría habitadas por inquilinos) genera cada vez mayor preocupación entre los habitantes de la 21-24. Una es Gisele Luna, de la casa 61 manzana 29. Angustiada, muestra las grietas que atraviesan literalmente todo su hogar, hasta en el baño, que parece haberse encogido. “Toda la casa se está cayendo, y tengo miedo por las nenas que duermen en la pieza. La pared está floja, el techo se nos está hundiendo, y no vino nadie a vernos.” Viviana Chaparro no está mejor. Vive con cinco nenes, en la casa 60 de la manzana 29, donde cayeron árboles. “El techo quedó todo apuntalado de emergencia, gracias a mi hijo de 14 y un vecino. Recién anoche pude dormir un poco, te da miedo de que se caiga todo. Cuando hay viento fuerte el techo se abre y se cierra, y todavía no vino nadie a vernos”, contó. “Lo más complicado, que hoy estuve hablando con la coordinadora del programa Buenos Aires Presente (BAP), es lo siguiente: el BAP dice que debe traer 15 chapas, tres colchones y diez frazadas, los materiales los bajan y después se reparten en forma discrecional, sin control”, comenta un dirigente social que trabajó desde el primer día con los damnificados.
Quienes se involucraron en los reclamos y la repartición de insumos aseguran que se acopiaron en lugares que pertenecen a “punteros” o están vinculados con el oficialismo porteño. Uno de ellos es la casa de “Pocha”, que al lado “tiene un galpón”, dijeron. El otro es el Centro de Primera Infancia El Alfarero, el oficial. “Se distribuyó mal, hay gente que está en los informes y no le llegó nada. Eso tiene que ser controlado por el gobierno de la Ciudad, que no se hizo presente para fiscalizar lo que entregó”, explicaron vecinos a este diario. La desigualdad en el reparto dio lugar a que oportunistas vendieran materiales que debían ser entregados en forma gratuita. En la feria de ayer se vendían frazadas a 60 pesos y chapas por 100. Un delegado del sector del Camino de Sirga comentó que entre 25 vecinos decidieron el mismo día del temporal crear un comité de crisis: “Nosotros armamos cuadrillas con motosierras nuestras para solucionar lugares muy comprometidos. Al otro día empezaron a venir camiones de una organización que trabaja para la Ciudad. Y centralizaron los trabajos, mientras nosotros lo sectorizábamos. Se produjo un desmanejo impresionante: el reparto fue caótico, lamentable y asqueroso. Hubo gente que recibió dos veces, gente que merecía y no recibió, y gente que con losa en su casa recibió chapa.” Lucy Peñarrieta, responsable de El Alfarero, indicó que los censos por las casas los llevan a cabo “ocho asistentes sociales” y sostuvo que “se entregaron unas 700 chapas, aunque no se cubrió ni el 50 por ciento. No llegan a diez por familia, por eso les damos cuatro aunque sea, sino nos matábamos entre todos.” Con su grupo de vecinos, Zunilda Martínez ayudó a distribuir insumos que envió también el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Ellos fueron los primeros en hacer relevamientos. Sobre los encargados del reparto, aseguró que “son punteros, no son militantes. Y eso hizo que anoche (por el sábado) se enfrentaran vecinos contra vecinos, pudo haber muchísimos muertos. Una falta tremenda de responsabilidad.” < Damnificadas UNAS 500 CASAS. Según algunas organizaciones sociales de la Villa 21-24, fueron alrededor de 500 las casas damnificadas por el temporal del miércoles. En el sector del Camino de Sirga hubo 150, y entre Tierra Amarilla y Lavardén, otras 200.

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