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sábado, 18 de julio de 2015
POR VICTOR DUCROT Al reencuentro de los hombres de maíz (o “la Patria Grande”)
POR VICTOR DUCROT
Al reencuentro de los hombres de maíz (o “la Patria Grande”)
“Daniel Scioli apunta a la elección del multilateralismo democrático. La decisión de que un gobierno presidido por él continuará trabajando activamente por la integración latinoamericana”. Gabriel Mariotto, uno de sus interlocutores privilegiados.
POR VICTOR DUCROT
Al reencuentro de los hombres de maíz (o “la Patria Grande”)
“Daniel Scioli apunta a la elección del multilateralismo democrático. La decisión de que un gobierno presidido por él continuará trabajando activamente por la integración latinoamericana”. Gabriel Mariotto, uno de sus interlocutores privilegiados.
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Víctor Ego Ducrot (*) / Así encontraron la comida y esta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; esta fue su sangre, de esta se hizo la sangre del hombre. Así entró el maíz por obra de los Progenitores (…). Tanto nos enseña el Popol-Vuh. Y el guatemalteco Miguel Ángel Asturias alegoriza desde allí, acerca del imperialismo como estrago cultural, sobre la recuperación de la leyenda y de lo sagrado, en torno a lo que al fin de cuentas persiste como palabra y cuerpo, nada más y nada menos en el hecho de que la mazorca, blanca o amarilla, es para millones de americanos de nuestra América, al decir de José Martí, alimento y no commodity; digan lo digan o aspiren a lo que aspiran aquellos que definen al mundo desde los escritorios mandamases de la economía corporativa y globalizada.
Y quizás se trate de eso nomás, de reencontrarse como hombres y mujeres de maíz en tanto pertenencia latinoamericana, sobre todo en tiempos en que los nubarrones amenazan la felicidad de los pueblos y para el disfrute perverso de la avaricia como sistema. Nótese acaso que las esperanzas plebiscitadas de millones de griegos pueden terminar en lo que el periodista de la agencia Prensa Latina Luis Manuel Arce denominó Alexis Tsipras: una tragedia griega del siglo XXI, como Prometeo encadenado pero al Banco Central Europeo (BCE), al Fondo Monetario Internacional (FMI), y en particular a Alemania, con un acuerdo draconiano y chantajista que eterniza la deuda externa; que ya son varios los analistas del mundo imperial –basta leer algunas columnas de The New York Times – que hablan de la vigencia de un escenario similar al que dejó el Tratado de Versalles de 1919, a partir del cual Alemania se abrió paso hacia el nazismo, en un mundo actual, en el que el poder de fuego puede salir más del Bundesbank que de laWehrmacht, pero sólo por ahora; y que para todos los actores centrales y cuasi centrales del tablero global, entre ellos China y Rusia, la tan sonada crisis resulta de gran utilidad a la hora de reordenar sus enfoques geopolíticos.
Por eso la necesidad urgente de ese reencuentro, casi como evocación del Popol-Vuh, con la intensidad que permitan las correlaciones de fuerzas reales, a veces debilitadas las nuestras por propios errores. Interesante al respecto la observación formulada el martes pasado en el diario Página 12 por el Secretario Ejecutivo de la CLACSO, Pablo Gentilli, en su artículo Scioli y Macri ante el Mercosur: "El candidato del PRO ya se inclinó por el unilateralismo que siempre ha defendido la derecha local: el alineamiento incondicional con los Estados Unidos y, en Europa, con Alemania (…), mientras que la opción que puede interpretarse a través del análisis de los pasos de Daniel Scioli apunta a la elección del multilateralismo democrático. La decisión de que un gobierno presidido por él continuará trabajando activamente por la integración latinoamericana lo llevó a reunirse con algunos de los líderes regionales con los que lo unen una relación de amistad y admiración personal, como los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y José Mujica (…). La opción sudamericana del candidato (del FPV) se expresa también por la designación, como coordinador de la estrategia internacional, de Rafael Follonier, quien fue la mano derecha de Néstor Kirchner en materia de política exterior, cercano colaborador de Cristina Kirchner hasta diciembre pasado (…). El multilateralismo democrático puede apostar a una fuerte integración regional al mismo tiempo que al establecimiento de una nueva forma de diálogo con los Estados Unidos, a fortalecer las relaciones de cooperación con China, Rusia, India, Sudáfrica y la Unión Europea, a un mayor protagonismo en el G-77 y a la reivindicación de la negociación pacífica por la soberanía de las Malvinas y por el futuro de la Antártida y el Atlántico Sur (…)”.
En su discurso del jueves último en Costa Salguero, Scioli hizo alusión a los ejes centrales de lo que se propone hacer si resulta electo próximo presidente peronista, y respecto del tema que nos ocupa fue preciso al recordar sus encuentros y diálogos con Lula, Dilma, Evo, Cartes, Mugica, Tabaré y Bachelet (entre otros, agrego) para avanzar en una nueva etapa del complejo proceso de integración regional; y digo complejo aunque debería subrayar como complejísimo, ya que nuestra América viene signada desde 1492 por la puja entre dos miradas o enfoques sobre la tan mentada integración: desde Isabel de Castilla y luego los Habsburgo, hasta las actuales pretensiones de Washington en torno a la Alianza del Pacífico, todo trata de una integración dependiente dentro del mundo capitalista imperial, colonialista, imperialista y neoimperialista, como tierra explotada; por otro lado y a partir de las visiones de Bolívar, San Martín y Artigas hasta las contemporáneas de "los presidentes parecidos a sus pueblos", exultantes en el No al ALCA de Mar del Plata, la propuesta consiste en un proceso de integración como herramienta liberadora.
En la mesa central de la ya citada cena proselitista de Daniel Scioli se encontraba, entre otros dirigentes y funcionarios, su actual vicegobernador, a su vez candidato bonaerense por el FPV para una banca en el Parlasur. Nada es casual: Gabriel Mariotto pasó a ser hace tiempo interlocutor privilegiado y sobre los más diversos tópicos de agenda del postulante único del peronismo a la presidencia de la Nación; su llamado a la unidad y al apoyo de la nominación del actual gobernador para la máxima magistratura de la República fueron claves para las posibilidades del proyecto nacional y del propio candidato.
Una vez en el parlamento regional, Mariotto seguramente impulsará un mecanismo de fuerte participación ciudadana, esta vez de composición sudamericana y a partir de la portentosa experiencia que vivió en el Senado provincial cuando organizó y puso en funcionamiento varios foros de debate sobre políticas públicas, elogiados por el propio Francisco. Antes de ayer, Scioli invocó una vez más al Papa, señalando sus ya conocidas coincidencias con lo que postula el jefe de los católicos, el mismo Francisco que no tuvo pelos en la lengua contra la injustica del sistema cuando habló en Santa Cruz de la Sierra.
Se trata por ahora de dejar abierto el problema; todo indica que propicio en tiempo y espacio para un reencuentro de nosotros mismos como hombres de maíz.
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